Después de 7 años, nuestro proyecto “Escuela de Emprendedores Sostenibles” ha ido evolucionando para ir adaptándose a los cambios, exigencias y necesidades que se han ido planteando en su práctica diaria en las aulas y con el profesorado implicado.
Una de estas exigencias ha sido el modelo Canvas de Alexander Ostelwalder, que si bien en un principio nos ayudaba a plantear la idea de negocio de una manera muy visual, no se adaptaba a nuestro objetivo de poner en marcha una empresa Sostenible y sensibilizar al alumnado sobre nuestra responsabilidad ante los grandes retos sociales y medioambientales que tenemos como sociedad. El Design Thinking ha ayudado a paliar la deficiencia y desde desde Innodriven han conseguido proponer un nuevo modelo, que han bautizado con el nombre de “Canvas B”, centrado en la identificación del problema y en las personas y no en los productos y el mercado, como se ha venido planteando tradicionalmente. Pero el Design Thinking sigue avanzando en este campo. La prueba es que hace unos días en una jornada, uno de los ponentes me habló del “Canvas Triple Capa”. Otra manera de dibujar el CANVAS de una economía basada en comportamientos más éticos y participativos.
Nosotros/as estamos encantados, sobre todo porque el CANVAS B nos permite trabajar el espíritu crítico de los/las jóvenes y poner el foco de atención en el modelo de economía lineal actual que seguimos perpetuando de manera inconsciente; nos permite ofrecer pautas dirigidas hacia un modelo de economía circular, más deseable y que se sustenta en lo que se ha dado a conocer como el concepto Multi-R: Reducir el consumo, como base fundamental, Repensar y Rediseñar la producción; Reparar, Refabricar y Redistribuir los productos y los materiales con los que se fabrican; Reutilizar productos acondicionados; Reciclar y Recuperar la energía derivada del ahorro energético.
Una de las cosas que más disfruto cuando trabajamos la sesión del CANVAS es cuando me encuentro a chicos y chicas, tanto de primaria como de secundaria, a los que parece que algo se les ha movido por dentro y se preguntan qué pueden hacer ellos como consumidores, o qué medidas tomar como la empresa de RSC que están creando. Somos conscientes de que hemos tomado un camino en el que depositar semillas, con la convicción de que algo bueno germinará, aunque sabemos que será un proceso lento.