El estudio y la formación en economía se hacen necesarios ante los grandes cambios experimentados por nuestra sociedad en toda su globalidad.
Si echamos la vista atrás, desde el Consejo Europeo de Lisboa, allá por el año 2.000, y en las sucesivas comisiones y agendas educativas que le siguieron, las directrices europeas en materia de educación han exhortado a los estados miembros a garantizar que la competencia clave “emprendimiento” estuviera integrada en los planes de estudios de todos los niveles, desde la enseñanza primaria hasta la superior, antes del final de 2015. Obediente, la LOMCE (2013) se fija como una de las competencias básicas a adquirir por los alumnos el “Sentido de Iniciativa y espíritu emprendedor”, y por primera vez se materializa con la introducción de dos asignaturas en el currículum de la ESO enfocadas al emprendimiento como son: Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial (IAEE), como asignatura específica de primero a tercero de la ESO y opcional en cuarto curso, y la materia de Economía también como opción de cuarto curso.
La justificación de estas materias las hemos podido encontrar en el RD 1105/2014,. donde se señalaba que “La economía está presente en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, cualquier ciudadano necesita conocer las reglas básicas que explican los acontecimientos económicos, así como su lenguaje específico, necesario para poder analizarlos”. Incluso, en el mismo documento también encontramos bondades en cuanto a la asignatura de Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial como que “La competencia sentido de iniciativa emprendedora y espíritu emprendedor, asociada a esta materia, incide no solo en la pura actividad económica sino en la contribución a la sociedad por parte de los individuos, la inclusión social y el aseguramiento del bienestar de la comunidad”.
Llegados a este punto, todos tenemos claro que ambas materias de la ESO, siempre con un enfoque adecuado, permiten trabajar competencias como la creatividad, la innovación, la iniciativa, el trabajo en equipo y/o el espíritu crítico. Entonces, cabe preguntarnos porqué la futura LOMLOE, nueva Ley de educación que deroga a la actual LOMCE, plantea eliminar estos contenidos del programa. Quizá la respuesta es que estas asignaturas se estén estigmatizando, en primer lugar, porque muestren un abuso y agotamiento del concepto “emprendedor”, poniendo el énfasis en la responsabilidad del individuo en el crecimiento económico y la superación de las crisis; en segundo lugar, porque pueden estar vinculadas a ideologías neoliberales y de especulación.
La aprobación de la nueva Ley está en su proceso inicial, paralizada por la situación de alarma provocada por el COVID-19. Sin embargo ya se están escuchando las primeras voces por parte de asociaciones de docentes de economía que reclaman que estas asignaturas sean tenidas en cuenta en el nuevo documento.
Desde la Escuela de Emprendedores Sostenibles, somos conscientes de estos peligros. Pero también creemos firmemente en la necesidad de cambiar el paradigma del actual modelo capitalista hacia un modelo de economía social más y respetuoso con el medioambiente y con las personas. Así pues se necesitan personas, que tengan capacidades como el trabajo en equipo, responsables y respetuosas, innovadoras, creativas y con iniciativa.
A modo de conclusión, el estudio y la formación en economía se hacen necesarios ante los grandes cambios experimentados por nuestra sociedad en toda su globalidad, sin restar importancia a otras asignaturas como la filosofía o la cultura clásica. No se trata de demonizar al emprendedurismo (y si es necesario podemos cambiar el vocablo por otro nuevo o menos desgastado), se trata de sumar esfuerzos para desarrollar en las aulas el espíritu crítico, por un lado, necesario para analizar el modelo económico actual y ser conscientes de las consecuencias sociales y medioambientales a las que nos ha llevado; por otro, para barajar nuevos posibles modelos alternativos. Porque en definitiva, se trata de fomentar el crecimiento de personas conscientes y responsables y que sean capaces de acometer nuevos proyectos abocados a ese cambio de paradigma tan necesario en el futuro.