La Responsabilidad Social Empresarial, ¿es una opción o una necesidad para las empresas?

La Responsabilidad Social Empresarial, ¿es una opción o una necesidad para las empresas?

La Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) es un concepto moderno que apareció hace 30 años. Hacia finales del siglo pasado la RSE empezaba a tener una cierta proyección empresarial, y fue en 2001 cuando se publicó el Libro Verde de la Comisión Europea, sobre como «Fomentar un marco europeo para la Responsabilidad Social de las Empresas», dejando claro que debía tener carácter voluntario. Tanto es así, que se definió la RSE como: «La integración voluntaria por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales, en las operaciones comerciales y las relaciones con sus interlocutores».

La tendencia, hoy en día, es alinear e integrar iniciativas sociales y ambientales con la actividad empresarial, ya que impulsan la empresa y la lealtad de los consumidores hacia una determinada marca. La conciencia social del líder y su deseo de hacer un aporte a la sociedad está cambiando el entorno de los negocios, y va más allá de la mera filantropía a la que estábamos acostumbrados. Pero ¿son estas iniciativas un lavado de imagen o se integran en la propia estrategia empresarial como un valor?

Gráfica. La empresa de Responsabilidad Social Corporativa: empresa sostenible (Fuente: www.zinkmarkng.es).

 

Lo que está claro es que en estos últimos años se está evidenciando una sociedad que demanda que las organizaciones reconozcan su capacidad de ocasionar impactos negativos sobre el medio y deben ser totalmente responsables en la gestión de la actividad empresarial además de contar con la voluntad de minimizar estos impactos.

Como señala el estudio «La RSE y las Cooperativas», promovido por la  Confederación Española de Cooperativas de Trabajado Asociado – COCETA, cada vez somos más personas las que optamos por reconocer el esfuerzo de aquellas empresas más responsables desde nuestras diferentes facetas:

  • Como consumidores: según el informe de Forética 2011, el 21% de los consumidores da preferencia a productos socialmente responsables, mientras que el 45% hace boicot o evita productos socialmente irresponsables.
  • Como inversores: la banca ética en nuestro país ha crecido por encima del 60% en estos años de crisis y los inversores reclaman cada vez más transparencia y compromiso con la RSE por parte de las empresas.
  • Como trabajadores: una encuesta realizada a trabajadores alrededor del mundo nos demuestra algo que no nos debería sorprender, las empresas con mejor RSE tienen a trabajadores más motivados y más comprometidos con la empresa. (Employee Perceptions of Corporate Social Responsibility and the Implications for Your Organization).

De estas cifras se desprende que los clientes son un grupo de interés a tener en cuenta y que la calidad juega un papel importante a la hora de satisfacer sus necesidades. Cuando los empresarios compatibilizan su negocio con actividades sociales, la imagen de la compañía mejora de una manera espectacular, ganando espacios de confianza entre sus consumidores, menos preocupados por la calidad de los productos que consumen, que dan por supuesta, y que buscan comprar a organizaciones que muestran un alto grado de compromiso con el desarrollo sostenible y el manejo ético y moral de sus negocios como elemento fundamental.

La responsabilidad, en este sentido, debe ir más allá de la ética individual de las personas que componen las empresas, afecta a la organización en sí misma, ya que es un ente con responsabilidad propia económica, social y medioambiental a la que debe exigírsele comportamientos acordes con dicha responsabilidad. La RSE supone por tanto, que la empresa se oriente, no solo hacia la maximización de los beneficios económicos, sino también al bienestar social y protección ambiental.

El comportamiento de la empresa se puede analizar a través de una serie de indicadores de desempeño a nivel interno y externo, como muestra la siguiente tabla:

ECONÓMICO SOCIAL AMBIENTAL
1.     Plan estratégico

2.     Sistemas de Gestión

3.     Marketing responsable

4.     Uso de recursos locales

5.     Gestión de capital

6.     Transparencia

1.     Igualdad de oportunidades

2.     Conciliación

3.     Prevención riesgos laborales

4.     Formación interna

5.     Comunicación y participación

6.     Relación con clientes y proveedores

7.     Integración con la comunidad

8.     Gestión lingüística

1.     Política medioambiental

2.     Optimización consumo agua

3.     Ahorro energético

4.     Gestión de residuos

5.     Reducción contaminación atmosférica, acústica y lumínica

6.     Integración en el entorno

7.     Plan de movilidad sostenible

Tabla. Indicadores de comportamiento empresarial con la sostenibilidad (Fuente: La RSE y las cooperativas, Estudio de COCETA).

La responsabilidad social de la empresa supone, en sentido general: el logro de los objetivos económicos; la aportación de beneficios al individuo, a los colaboradores y a la comunidad; el cumplimiento de los principios éticos, cívicos y la normativa legal; la capacitación de los empleados, no solo en asuntos relacionados con su desempeño laboral, sino también en aspectos relacionados con el mejoramiento personal, familiar y social; el aseguramiento de las condiciones laborales y de salud de las personas; así como la consideración de las decisiones en función de cuestiones éticas y ambientales.

Por tanto, al igual que las personas desarrollamos responsabilidades con nuestro entorno, las empresas también deben hacerlo, y deben justificar sus acciones ante una opinión pública mediante la proyección positiva de lo que son: su imagen. Las acciones corporativas tienen un significado social por el mero hecho de pertenecer a una sociedad; esto obliga en cierta medida a las empresas de una sociedad a ser responsables de sus propios actos en el desarrollo de sus funciones y asumir que las iniciativas sociales no pueden ser acciones aisladas, deben ir de la mano de la misión, visión, valores y estrategia de la empresa.

En la actualidad hablar de Empresas Socialmente Responsables no es solo una opción, sino también una necesidad; sobre todo porque cada vez asistimos a una creciente concienciación de los individuos de impulsar un desarrollo más sostenible. Parece que las organizaciones se están convenciendo de que su finalidad como empresa no solamente es ganar dinero, sino que tienen una misión social: deben contribuir a un mundo mejor. Pero además se han dado cuenta de que hacerlo es rentable. Aquí es que está el éxito del negocio, en saber mantener un balance y una coherencia entre todas esas tareas que orientan una economía del bien común.

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