La nueva ley de educación se implementa este curso 2022-23 con muchas dudas y alguna que otra controversia, sobre todo en el tema de “ámbitos” en 1º de la ESO. Sin embargo, en cuanto a competencias clave y evaluación del alumnado se refiere, la LOMLOE deja claro que pretende plantear un cambio.
Las competencias clave que plantea la LOMLOE son 8, vienen definidas a partir de la Recomendación del Consejo de la Unión Europea relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente y tienen en cuenta además los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. ¿Qué se pretende conseguir con este cambio? Que el alumnado se aproxime a situaciones, cuestiones y problemas de la vida cotidiana; que el aprendizaje sea significativo y relevante para que los individuos consigan un pleno desarrollo individual, social y profesional en un mundo marcado por la globalización, la tecnificación y el cambio constante.
Entre las 8 competencias clave que plantea esta nueva ley se integran capacidades como: el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la resolución de problemas, las capacidades de comunicación y negociación, las capacidades analíticas, la creatividad y las capacidades interculturales.
Si nos centramos en el Currículo de la ESO, y concretamente la Competencia emprendedora, ésta pretende aportar herramientas que ayuden a “Detectar necesidades y oportunidades; entrenar el pensamiento para analizar y evaluar el entorno, y crear y replantear ideas utilizando la imaginación, la creatividad, el pensamiento estratégico y la reflexión ética, crítica y constructiva dentro de los procesos creativos y de innovación; y despertar la disposición a aprender, a arriesgar y a afrontar la incertidumbre. Asimismo, implica tomar decisiones basadas en la información y el conocimiento y colaborar de manera ágil con otras personas, con motivación, empatía y habilidades de comunicación y de negociación, para llevar las ideas planteadas a la acción mediante la planificación y gestión de proyectos sostenibles de valor social, cultural y económico-financiero” (RD DECRET 107/2022, de 5 de agosto del Consell currículum de Educación Secundaria Obligatoria)
Pero ¿dónde trabajar la competencia emprendedora en la ESO? La propuesta de esta ley son 3 materias optativas: por un lado en 2º de la ESO con la materia “Emprendimiento Social y Sostenible” y va enfocada a la formación y orientación personal y profesional para favorecer el desarrollo de destrezas y que el alumnado pueda identificar las cualidades personales y habilidades socioemocionales para trabajar en equipo y favorecer los procesos de toma de decisiones a lo largo de la vida. La segunda propuesta es el “Taller de Economía”, también como materia optativa de 3º de la ESO. En esta asignatura los/as alumnos/as han de acercarse a su realidad económica y social e implicarse y participar en el progreso de su entorno más cercano, poniendo en marcha un proyecto de servicio a la comunidad, con la finalidad de que su acción se convierta en motor de cambio desde la perspectiva social y sostenible que impregnan los ODS. Por último la materia “Economía y emprendimiento” en 4º de la ESO, en consonancia con la Recomendación del Consejo de la Unión Europea, que ya hemos citado anteriormente, y que se refiere a la necesidad de introducir en la educación herramientas que permitan lograr que lo aprendido se pueda aplicar en tiempo real, y que genere nuevas ideas, nuevas teorías, nuevos productos y conocimientos.
En Natura y Cultura todo esto nos suena, y mucho; porque desde hace 10 años estamos trabajando estas capacidades y habilidades a través del proyecto “Escuela de Emprendedores Sostenibles” en las etapas de Primaria, Secundaria y Ciclos Formativos. Nuestro principal objetivo durante estos años ha sido dotar de herramientas a los jóvenes para ser personas más implicadas y participativas en la sociedad como futuros ciudadanos sostenibles.
Por último, decir que la LOMLOE aporta otra novedad, y es que ha otorgado de mayor autonomía pedagógica a los centros educativos. Serán ellos, los que decidan el proyecto educativo para el desarrollo competencial y, por tanto, los que han de decidir como trabajar estas capacidades. Así estamos observando como en este primer mes desde que abrieron las aulas, los/as docentes y equipos directivos están creando equipos multidisciplinares, ideando y trabajando para poner en marcha proyectos educativos más enriquecedores. Esto, sin duda, es una buena noticia.